martes, 15 de enero de 2013

La economía a corto plazo (mercado de trabajo)


Lo primero que se debe de decir es que ninguna reforma laboral va a solucionar nada a corto plazo.



El problema del mercado de trabajo es la falta de fluidez y de información. La población se divide en 4 grupos bien diferenciados.

  • ACTIVA; personas que tienen más de 16 años y están en condiciones de trabajar.
  • INACTIVA; estudiantes y jubilados.
  • PARADA; pueden trabajar pero no lo están haciendo.
  • OCUPADA; pueden trabajar y lo hacen.

       Hay dos formas de medir el paro, por un lado nos encontramos con la EPA (encuesta de población activa), y por otro lado la SPEE (servicio público de empleo estatal)

       Si hacemos referencia a España que hay 23 millones de personas activas, y pueden trabajar tanto en público como en privado queda en esta división.

      18 millones de personas ocupada, 15 millones trabajan en `privada y 3 millones en pública. Si hacemos la resta quedan los 5 millones de parados que rondan ahora.

El crack del 29

Hablemos de la gran depresión que se produjo en 1929 y que todo el mundo se veía involucrado.



    Si bien la Primera Guerra Mundial afectó a algunas regiones europeas, la crisis económica que se desencadenó al final afectó a todo el planeta y cuestionó los propios planteamientos del sistema capitalista. Se originó en Estados Unidos y se extendió por todo el mundo.




ANTECEDENTES. 


       La Primera Guerra Mundial había situado a Estados Unidos en una posición privilegiada frente al resto del mundo, convirtiéndolo en el gran proveedor de materias primas y productos alimenticios e industriales.

      El crecimiento industrial fue extraordinario, basado en las teorías de Taylor y Ford sobre organización del trabajo y producción en serie. Por el contrario la agricultura no tuvo un crecimiento paralelo; los precios agrícolas eran muy inferiores a los industriales, por lo que muchos campesinos vendieron sus tierras a bajo precio y se fueron a las ciudades.

    Eran tiempos felices de alto consumismo y Estados Unidos era visto como la tierra prometida, una sociedad rica. Este clima de confianza fue lo que hizo que gran parte de la población comprara acciones de las empresas industriales, siendo Wall Street el centro de la economía mundial, donde llegaban capitales de todas las partes del mundo. 

      Debido a que el resto del mundo no estaba en la misma situación de bonanza económica que Estados Unidos, el país no podía colocar toda su producción industrial. Esto hizo que crecieran los stocks y, por consiguiente, que cayeran los precios de los productos acumulados. Hasta finales de 1929, la compra de acciones creció cerca de un 90%. La especulación financiera hacia ganar dinero rápidamente y las acciones estaban sobrevaloradas. La gente llegaba a pedir créditos a los bancos para comprar en bolsa, puesto que los beneficios pagaban fácilmente los intereses bancarios. Se había pasado de una prosperidad basada en el desarrollo industrial a depender de la especulación. 

      En 1928 comienzan a notarse los síntomas de una economía en peligro: los ingresos de la población no permiten seguir aumentando el consumo, los almacenes se llenan de mercancías que no pueden ser vendidas y aumentan los despidos. Ajena a esta realidad, la bolsa sigue creciendo. No existe relación entre el valor de una acción y el estado de la empresa; la gran demanda por parte de los especuladores hace que el valor de las acciones siga subiendo.




LA CAÍDA DE LA BOLSA DE NUEVA YORK. 


       El jueves 24 de octubre de 1929 ("Black Thursday"), se produjo el crack de la Bolsa de Nueva York. Más de 16.000.000 de títulos que cotizaban a la baja no encuentran comprador y provocan la ruina de miles de inversores, muchos de los cuales habían comprado esos títulos con créditos que ya no podrán pagar. Muchas personas entran en pánico y corren para tratar de retirar el dinero de sus cuentas bancarias. Los bancos se ven desbordados por deudas incobrables, se paran los nuevos créditos y no se refinancian las deudas existentes. Quebraron unos 600 bancos.







INICIO DE LA GRAN DEPRESIÓN.


      El crack de la bolsa inauguró un periodo de contracción económica mundial que se extendió a lo largo de la década de los 30 y tuvo fuertes repercusiones en lo económico, lo social y lo político, que se conoce La Gran Depresión.

    En Estados Unidos se paralizó el consumo, aumentaron los stocks, se paralizaron las inversiones y muchas empresas tuvieron que cerrar. El desempleo llegó a todos, la caída de los precios y de los mercados agrícolas arruinó a los agricultores que vendieron sus tierras y emigraron. Los obreros no conseguían encontrar ningún tipo de trabajo, y esto se extendió a los profesionales y empresarios arruinados. Se estima que llegó a haber 14 millones de desempleados. La crisis no se detuvo en suelo americano, debido a la dependencia que la economía europea tenía de Estados Unidos. 

      Supuso un gran bache en la producción mundial y generó grandes tensiones en el mercado laboral, por lo que se convirtió en un buen caldo  para ultranacionalismos y autoritarismos fascistas.




SOLUCIONES: EL NEW DEAL. 


      En 1933 Roosevelt llega a la presidencia, y su principal objetivo será reconstruir la economía del país. Desarrolló un plan llamado "New Deal", basado en las ideas del economista John Keynes, que aunque estaba a favor del liberalismo proponía la intervención del Estado en determinadas situaciones. Dicho plan estaba orientado a favorecer las inversiones, el crédito y el consumo, lo que permitiría reducir el desempleo. 
    Se ofrecieron ayudas a los bancos y subvenciones a los agricultores, aumentaron los salarios y se redujeron las horas de trabajo, se crearon plazas en la Administración. También se diseñaron planes de asistencia sanitaria y un nuevo sistema de jubilaciones y pensiones.





CONSECUENCIAS DE LA CRISIS. 


       Quizás la consecuencia más notable de la crisis del 29 fue el incremento del paro a nivel mundial. Los que consiguieron salvar su empleo lo hicieron con importantes recortes salariales. La bonanza económica se transformó en pobreza que se extendió por campo y ciudades. Aumentó la mortalidad y el crecimiento demográfico se detuvo. En Estados Unidos aparecieron villas marginales cercanas a las ciudades hechas de chapa y cartón que se denominaron “Hoovervilles” (por el presidente Hoover).



     El dolar se devalúa, los gobiernos de todo el mundo toman medidas proteccionistas y se reduce el comercio internacional. La recuperación de la economía es muy lenta y hasta 1933 no comienza a invertirse la tendencia, si bien los efectos de la crisis se extienden hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.


domingo, 13 de enero de 2013

Comparaciones Prima de Riesgo

           La prima de riesgo, riesgo país o riesgo soberano se define como el sobreprecio que paga dicho país para financiarse en los mercados, en comparación con otro país. En la Euro zona el país de referencia es Alemania y la prima de riesgo de un país es la diferencia entre su bono a 10 años y el bono a 10 años de alemán (bund).


         Cuanto mayor es el riesgo de un país más deberá remunerar éste a los inversores para que adquieran su deuda. Es por lo tanto, la sobretasa (o rentabilidad) que ofrece la deuda pública de un país para que los inversores la compren y mide la confianza de los inversores en la solidez de su economía.

        Otra forma de medir el riesgo país es mediante el spread de los credit default swap (CDS), que son contratos de seguros en los que se aseguran ciertos instrumentos financieros en caso de impago por parte del emisor. 

         Como se trata de un contrato cuyo fin es cubrir el riesgo de crédito, cuando la entidad de referencia es un país, la cuantía de la prima de los CDS proporciona información sobre la calidad crediticia de dicho país, es decir mide el riesgo-país. Un incremento del spread indica aumento del riesgo; un descenso indica disminución del riesgo.


Mejora la prima de riesgo

             La prima de riesgo ha registrado en los primeros días de 2013 una notable mejora, más de 60 puntos, que la ha colocado próxima a las 330 unidades, el nivel más bajo desde marzo pasado, aunque los expertos alertan que puede ser coyuntural y recomiendan no bajar la guardia.



           Desde los 394 puntos básicos con los que comenzaba el año, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo cerraba este viernes la sesión en 331 puntos básicos, lo que supone un descenso de 63 puntos, un 16%.

             Lejos quedan ya los máximos que se alcanzaron en julio pasado, 638 puntos, desconocidos en toda la era del euro y que dispararon las expectativas de un rescate de la economía española.

             Tan solo cinco meses antes, en febrero, la prima se encontraba levemente por debajo de la barrera psicológica de los 300 puntos, un nivel al que ahora aspira nuevamente.

          Desde finales de 2012, la prima de riesgo de España ha evolucionado claramente a la baja, una situación que se ha constatado en 2013, aunque no aconsejan descartar la posibilidad de que el país no pueda financiarse con comodidad y tenga que solicitar asistencia financiera.

           Esta excelente colocación ha permitido al Ministerio de Economía asegurar que España arranca el año en una posición relativamente confortable en los mercados financieros, reflejo de una mejora de la confianza y la credibilidad de las reformas llevadas a cabo por el Gobierno, como la consolidación fiscal, la reforma financiera y otras.
.

jueves, 10 de enero de 2013

Pymes pequeñas y grandes

          Las entidades explican que al menos, habrá otro año de congelación de la financiación a las pequeñas empresas. La liquidez llega a las grandes empresas, vía mercado mayorista. Pero para las pequeñas y medianas empresas el flujo del dinero continúa bloqueado. La única firma que tienen para financiarse es acudir a la banca y ésta no está muy por la labor de conceder préstamos.

       Los créditos a las Pymes se han desplomado durante los años de la crisis un 66 por ciento. Desde 2007, los fondos prestados por el sector financiero a las Pymes han caído de los casi 400.000 millones a los 134.000 millones con importes inferiores al millón.

        El descenso, si bien, se ha moderado desde el hundimiento histórico de 2009, cuando los préstamos nuevos cayeron casi un 30 por ciento. En los once primeros meses del pasado ejercicio la variación supone un retroceso del 15 por ciento.

         Los datos incluyen el volumen de préstamos refinanciados, que son los más habituales. Las entidades ofrecen a las empresas este tipo de operaciones para darles oxígeno ante la escasez de ingresos por la falta de actividad económica y las facturas impagadas, en casos por parte de la administración.

         El sector augura que los créditos a las Pymes continuarán a la baja, al menos, hasta que se produzca una recuperación de la economía en nuestro país. Ésta, según distintas casas de análisis, no se iniciará hasta 2014.

         La banca admite una restricción de los préstamos, pero defiende que concede créditos a los clientes solventes porque su negocio es dar préstamos. Eso sí, ha endurecido las condiciones de acceso, con lo que los niveles de solvencia han subido.


         Una encuesta realizada por las Cámaras de Comercio refleja la difícil situación por la que atraviesan las pequeñas. Una cuarta parte de las que ha solicitado un préstamo no lo ha conseguido por el rechazo de la banca.

          La subida de la morosidad, además del constante cambio de regulación que eleva al sector los ratios de capital, ha llevado a la banca a ir endureciendo progresivamente los criterios de concesión. El temor actual de las entidades es que las insolvencias en las Pymes se disparen y sigan los pasos de las compañías promotoras. En 2012 han percibido un ascenso de créditos dudosos por parte de pequeñas empresas y autónomos, cuya situación les impide hacer frente a sus compromisos de pago. La morosidad en el sector empresarial, excluido el colectivo relacionado con el ladrillo, sobrepasa ya el 8 por ciento, en buena parte por la influencia de las Pymes.
.
        La banca y los expertos coinciden en señalar que todavía queda un largo periodo para que las empresas concluyan su proceso de desapalancamiento (reducción del endeudamiento excesivo).


martes, 8 de enero de 2013

Incrementa el número de parados



            Hasta hace unos años dudo que los ciudadanos de a pie pudieran plantearse lo que se avecinaba, a pesar de las voces que avisaban de la salvaje gestión económica que se venía practicando y de que todos en la calle, incluida la mano de obra no cualificada, hablásemos de aquella cosa de “la burbuja inmobiliaria”.



              Han sido los años en los que los jóvenes abandonaban los estudios para trabajar de peones en la construcción, ganar sueldos que a ver cuándo volveremos siquiera a intuir y comprarse un bmw que tuneaban a la primera de cambio, mientras continuaban viviendo con su ama y su aita.

             Los peores puestos los reservábamos para los inmigrantes, que eran capaces de jugarse el todo por el todo, hasta cruzar el charco en patera o recorrer medio mundo, para llegar a la España, un lugar en el que poder ganar poco menos de mil euros mensuales, suficientes para mantener a la familia allá lejos, donde el hambre y la miseria no dejaban lugar a la dignidad.

          La burbuja no sólo estalló, también arrasó a su paso con todo lo que pasó a su lado, dando a entender que entre los españoles había nacido un nuevo grupo de chorizos de primera, que podría estar integrada incluso por miembros de la realeza, grandes de España, presidentes autonómicos y empresarios.


          La realidad es esa, España tiene ya más de 12 millones de personas que viven en situación de pobreza y la cifra amenaza con crecer. Eso supone casi el 23% de la población, según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. De esos 12 millones de pobres españoles, con ingresos inferiores a 500€ al mes, más de 2 millones malviven en condiciones de pobreza extrema y no llegan siquiera a los 300€ mensuales.

lunes, 7 de enero de 2013

Los ciudadanos gastan menos.

             A pesar de la poca rotundidad con el que los informativos y los medios de comunicación en general desarrollan el tema, lo cierto es que poco se puede hacer ya para mantener la basura debajo de la alfombra.        

             Por mucho que se afanen en ello los pudientes y los gobernantes, los medios extranjeros publican fuera lo que aquí se intenta silenciar y que no es más que un puro grito a voces: Los españoles han reducido drásticamente su gasto en alimentación. como señalaba el New York Times hace unas semanas

.

            Podríamos decirlo de muchas maneras, pero en un blog de economía, aunque sea infrecuente hablar con propiedad, procuraremos hacerlo sin paños calientes: Los españoles han dejado de comer. ¿Dieta, excesos navideños, mucho marisco en fiestas…?

            Ojalá las razones obedecieran a esos propósitos de año nuevo, tan propio de otras épocas y hoy sólo apto para una cierta cantidad de ciudadanos cada vez más exclusiva. Los españoles gastan menos en comer porque no tienen dinero y a poco que sigan las políticas económicas se va a tener que vender cosas de nuestra propiedad (como pueden ser los dientes) para pagarnos una hogaza de pan duro que a ver, entonces, con qué masticaremos.


            Recorte de salarios, pérdida de poder adquisitivo, altas cifras de paros, pocos subsidios, subida de impuestos, encarecimiento de productos básicos… ¿Resultado?… ¡Miseria! A veces ya cuesta distinguir en qué lugar se encuentra este país, cuya historia ha retrocedido hasta la mitad del siglo pasado y cuyo futuro parece encaminado hacia los orígenes de la Revolución Francesa.

           Entre que no pueden pagarse la comida y tampoco las medicinas, ¿a qué punto vamos a llegar? No se sabe pero muchas de las medidas que se están tomando son las que se deben de hacer, pero porque antes no se ha querido solucionar, ahora se lleva a medidas más exigentes y que afectan a muchísimas personas.